Cuando dos perros pelean es porque hay señales visibles que les invitan a hacerlo. Muchas veces, esas señales las entregan sus propios dueños sin saberlo.
Hay ocasiones en que dos perros pelean. Se conocen, pero pelean. Pueden convivir con muchos perros más, sin embargo, siempre son dos los que pelean.
O bien, entre varios perros que viven juntos siempre le pegan al mismo. Habitualmente es al que se manifiesta más débil.
Puede asemejarse al bullying; tan comentado en estos años. Otras personas hablan de que los perros están “cebados” y que por eso le pegan sólo a uno.
No obstante, esto tiene explicaciones.
En primer lugar se debe hacer una diferenciación. La agresión entre dos perros puede estar dada por dominancia (pelea territorial), por miedo, por ansiedad, etc. Cada uno de estos tipos de agresividad debe tratarse de manera específica, previo diagnóstico del especialista competente, un Médico Veterinario Etólogo (o conductista).
Una vez hecho este diagnóstico es probable que estemos en presencia de un tipo errado de agresión, ya que dos perros que conviven desde hace un tiempo, sin problemas, no debiesen tener peleas territoriales entre ellos, a no ser que haya señales externas que hagan pensar lo contrario.
Existen perros “anormales”, conductualmente hablando, que no manifiestan debidamente su carácter de sumisión, por lo que el perro alfa o líder ve amenazada su jerarquía y ataca. El problema aquí es de relativa seriedad, ya que por ser una conducta instintiva, a veces se complica la terapia.
Estos casos son los menos.
Lo que a menudo acontece es que los mismos propietarios de mascotas cometen errores, sin querer hacerlo, que transmiten una información equivocada a sus mascotas, desencadenando peleas, incluso delante de ellos.
Un perro líder (alfa) tiene sus privilegios. Debe ser el primero en alimentarse, el primero en recibir cariño, el que maneja la situación ante “discusiones” no siendo reprendido por intentar mantener su jerarquía.
Los propietarios hacen todo lo contrario. Si un perro le gruñe o tiene una conducta altiva ante otro de menor jerarquía, la tendencia es llamarle la atención o castigarlo. Esto, el perro lo percibe como una mayor amenaza a su jerarquía, haciendo más frecuente y más intensa esa conducta agresiva.
Lo que corresponde es, simplemente, alejar al perro menor en la escala jerárquica. Y nunca quitarle sus privilegios al líder.
En varias otras ocasiones se producen altercados por modificaciones en el entorno de los animales, como darles comida por debajo de la mesa, la llegada de visitas a la casa o de otros animalitos, que pueden estar de pasada o de forma permanente en el hogar. Todo esto puede causar un revuelo tal que desencadenan peleas por la “mala lectura” de las señales que estamos entregando.
Si les ocurre esto en casa, tiene solución. Consúltelo con su Médico Veterinario, ojalá para que les derive con un profesional especialista en la materia. La terapia física, médica y quirúrgica, dependerá de esta evaluación.